Nuestra Historia
Vemos el escenario como un lugar natural en el que explorar cómo nos escondemos detrás de máscaras, y tal vez el único lugar seguro donde la negación, el miedo y el conflicto se exponen sin ser juzgados, donde múltiples verdades coexisten y donde la intimidad del escenario altera el anonimato de las redes sociales de tal modo que la empatía puede convertirse de nuevo en una habilidad perceptiva.
A menudo nos preguntan con qué queremos que la audiencia se quede de nuestras producciones al salir del teatro. Nosotros respondemos que nos gustaría que la gente se quedara con lo que hemos aprendido en los ensayos: que si te quitas la máscara, no morirás.


En los ensayos de los Global Arts Corps nada puede esconderse, nada puede negarse. No hay ningún tema tabú por muy doloroso que sea, por mucho que pensemos que tenemos razón. En nuestros ensayos permitimos que el humor tabú quiebre nuestro equilibrio; que ilumine lo que es absurdo y también las duras verdades que se encuentran bajo nuestras identidades fijadas y nuestras memorias heredadas. Que las máscaras se caigan es parte del proceso. Culpables y víctimas descubren que a menudo tienen un fragmento de las experiencias del otro de una manera que no pueden casi ni imaginar.
Las producciones que emergen, forjadas a partir de las memorias de los artistas, múltiples verdades y narrativas conflictivas, son necesariamente desordenadas. Pero dentro de este desorden, un centro de significado vital descubre historias que de otra forma nunca habrían saltado a la superficie. Una vez que este grupo de actores se haya puesto de acuerdo en que han encontrado su historia colectiva, llevamos la obra de gira a otras zonas de conflicto alrededor del mundo para crear diálogo entre supervivientes de la violencia cultural que cruza las distintas fronteras.